día 15, 16
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::desde que salí de la vivienda en taxi, hasta el destino final-provisional al día siguiente del hostal e, inmediatamente en
la farmacia -salvo durante el viaje y las esperas-, he sido muy bien atendido por mujeres.
No sé si es una "racha" o, es algún imprevisto efecto astrológico.
Quizá pudo haber habido más en na estación, si fuese yo más hablador, cosa esta que ya no soy por miedo y desconfianza
Me acuerdo de aquella mujer que me ayudó a buscar la tumba de mi padre (por la numeración), la cual, se econtraba cerca de la
de su madre. LLegados, me invitó a acompañarla a la para de autobús, pero, preferí quedarme un rato. Hace ya uno o dos meses.
Tumbra sobre al cual, pese a los diez años transcurridos, todavía no se hallaba grabado su nombre sobre la lápida, junto al
de su madre y hermanos.
En destino, la gente parece habla de atividades culturales, sociales, empresariales o, planificando algo de su vida, entre
otras conversaciones que no existen en otros lugares, según capto en las converaciones de un sitio hostelero visitado las
anteriores veces
Un viaje que tenía como finalidad, huir del frío y el viento de estos días, en especial, del frío del pueblo y de la
destartalada vivienda, en la que apenas cuento con un calefactor eléctrico... en la cocina-salón, a donde tuve que alargar el
cable de tv -previamente comprado- e introducir una cama estrecha pero cómoda,... mientras muchos utlensilios esperan en el
cuarto de baño, para ser limpiados, por falta de agua caliente, que no sea calentado en la olla
un destino que debió ser en el extrranjero, a la vista de la progresión de los radicalismos hembristas, político-ideológicos,
pseudo-cientifistas, climáticos, mercantilistas, sexuales y pseudo-sexuales, de modas agresivas y ofensivas, el
adoctrinamiento o ideologización de las instituciones,... etc etc.
en el autobús hacia el destino; un hombre maneja rápido las misteriosas "pantallas" negras e hiper-textualizadas, del monitor
individual de asiento, alternándolas por las blancas y su teléfono,...
en un momento que ya terminó mi siesta nocturna, entre dos asientos que no me correspondían por número de asiento
Y, es que éramos pocos (en el autobús), como bromeé a quien pretendía ser compañera de detrás, como excusa para ocupar otro
asiento, después de corresponderla con un "no hay de qué" a su no-respuesta.
lo cansado de la vida que el narrador dice estar, sólo lo comprendería Dios si acaso existiese o, quizá algún espíritu/alma
de no se sabe qué o quien, que no actúa o, no puede actuar
En cambio, sí existe Satán o Belcebú, porque, la gente quiere qu exista, en su afán de justificar el mal, contra varones
desprotegidos totalmente de las instituciones, pre-solitarizados toda su vida por permanente discrminación y calumnifílias
sciales y, actualmente, por el "discreto" acoso y derribo permanente contra su persona, Dignidad y Derechos.
Además de la retretería mediática y de modas, que se autoalimenta y retroalimenta sobre las mismas ideas retorcidas y
doblemoralistas, tomadas desde hace cuarenta años, suprimiendo totalmente cualquier salida o alternativa a la secta
retretista qu se ha tomado e impuesto por lo "normal" y "democrático", que sirve igual para menores que para "adultos"
::cuando me disponía a subir al primer autobús (que me llevaría a la primera estación), se me ocurrió mirar a una de las
"personas" que convesaban cobre un tal "meón" y "borrachín", al que se le "perdonaba", ¿se referían -una vez más- a mi
persona por cargar mi equipaje en el maletero del autobús?
::En casa queda vigilante un vecino y un primo, más un perro mordedor, más que ladrador, por eso de los ladrones rurales
::una vez más la empatía discreta o moderada de determinado sitio en el mapa, queda patente o latente, al comprar mi desayuno
en un minúsculo comercio de españoles.
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